A nadie se le escapa que las últimas detenciones de Otegi y compañía tienen un significado especial. Ahora toca escribir y justificar lo injustificable. Para ello utilizarán todo tipo de argumentos. Muchos de ellos inventados. No pueden argumentar lo que hacen con razones y menos aún con verdades.
Durante mucho tiempo nos han asegurado que varios de los detenidos pertenecen a la línea más “posibilista” de la Izquierda Abertzale. Según reconocen hoy en casi todos lo medios de comunicación, “Arnaldo Otegi estaba liderando una propuesta para retomar la iniciativa política apostando por las vías políticas”.
El interlocutor del Gobierno, Jesus Egiguren, reconoce que los detenidos querían abrir una nueva vía, aunque no parece que tuvieran “algo importante o definitivo entre manos”.
Es evidente que si los detenidos querían abrir una nueva vía ya no lo van a poder hacer.
Da la impresión de que pretenden impedir la supuesta nueva decisión estratégica para que nunca llegue a ser definitiva.
A estas alturas, parece evidente que quien más rédito saca de esta situación de bloqueo es el propio Estado. Los corredores de fondo deben medir bien el ritmo para no desfondarse en el intento. Es cuestión de llegar a meta con fuerza. Además, se ha entrenado lo suficiente como para hacer buen tiempo.
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