Ya es día 22 otro año. Y otro año me encuentro tranquilo porque estoy seguro de que me va a tocar lo puesto en la lotería. Me arriesgo a que mis compañer@s de trabajo sean tod@s millonari@s menos yo.
Pero lo hago de forma consciente. Y por esta misma razón si dentro de unas horas ell@s son millonari@s me alegraré profunda y sinceramente, pero seguiré opinando lo mismo que opino ahora sobre este impuesto voluntario que se inventó el estado para estafar a la ciudadanía.
Estoy en contra de la lotería por varias razones. Los beneficios se los lleva un estado que no me deja ser libre. El estado no invertirá sus multimillonarias ganancias (la mayoría de la recaudación obtenida de los bolsillos más humildes de la sociedad) en ayudar a los más necesitados. Más bien todo lo contrario.
No tendría inconveniente en participar si la organización del mismo corriera a cargo de la Banca ética por ejemplo. De hecho participo de cuotas y sorteos con claro objetivo benefactor para diversas causas populares.
Pero, por cándida que os parezca mi reflexión, os invito a todos y todas a que meditemos sobre el modelo de sociedad que se esconde tras la idea de que lo bueno y lo correcto es ser rico en lo material.
¡Qué peligroso es perseguir la felicidad por esos derroteros! El modelo a seguir no debe ser el del enriquecimiento rápido, pero si me lo permitís, más estúpido es gastarse cientos de euros tentando a la suerte de esta manera tan absurda e ilógica.
Os aseguro que existe la alternativa de ser feliz siendo currela. Es la opción mayoritaria. Incluso se puede ser feliz luchando contra este sistema de corruptos y ladrones que tienen el poder y la habilidad de anestesiarnos hasta el punto de provocarnos el enfado por la huelga de controladores y el silencio por la retirada de los 426 € a las personas más desprotegidas.
Suerte en la vida.
Aluak! 100€ eskuratu zuten. Kar, kar...
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