La sentencia Bateragune, como todas las sentencias condenatorias de vascos en Madrid, son dolorosas pero a su vez muestra la debilidad de un estado que se resiste a escuchar a la mayoría de la sociedad vasca.
Por si había alguna duda, España ha descubierto sus cartas con la sentencia Bateragune. Las nuestras hace tiempo que estaban encima de la mesa. España ha decidido seguir con su estrategia represiva. Euskal Herria seguirá luchando por vías políticas y democráticas hasta ganar la paz y el respeto a sus derechos como pueblo.
Seguirán golpeando violentamente para intentar condicionar nuestra estrategia. La estrategia represiva provocará sufrimiento pero a su vez es el camino de su derrota.
Frete a su actitud violenta, nuestro compromiso con las vías políticas y democráticas, nos hace más fuertes y convincentes dentro y fuera de Euskal Herria. Tienen capacidad para hacer daño porque son fuertes en la confrontación violenta pero su debilidad argumental en la confrontación política, nos permite acumular fuerzas en nuestra andadura hacia la victoria.